TEMPORADA 2012

lunes, 7 de febrero de 2011

Temporada 2011 (Cuarta De Abono)



Con la cuarta corrida de abono de la temporada 2011, se celebraron los 80 años de la plaza de toros de La Santamaría.  Con toros de Santa Bárbara (encaste puro Domecq) y con los toreros españoles Miguel Abellán, Diego Urdioles y el colombiano Sebastián Vargas, se dio comienzo, en punto de las 3:30 de la tarde, la corrida de celebración de nuestro octogenario coso.

Un encierro muy parejo, de buen tamaño, gran presencia, bien armados y sobre todo hermosos fue el que nos dejó ver esta ganadería, que aunque no tiene tantos años de lanzar toros al ruedo, siempre que está en los carteles esperamos buenas faenas de su parte.
Cabe resaltar que de los 6 toros presentados, 4 fueron buenos y 2 malos, o sea, un gran encierro. Todos golpearon a los caballos de manera valiente, empujando, bajando la cabeza y dando una lucha denodada a su ejecutor. Hace mucho no veíamos que un encierro llegara tan decididamente a la suerte de vara en este tercio. A mi modo de ver el mejor encierro de lo que va corrido de la temporada.

El español Diego Urdiola, llegó a confirmar su alternativa en Bogotá.  De sus dos toros, solo sirvió el primero (el primero de la tarde) al que le cortó la oreja con la que salió aplaudido por el público aficionado. Una faena seria, torera, tal vez poco vistosa, pero con valor y con ganas de triunfo.  En el capote se le vio torero con unos quites de “chicuelinas” y en la muleta unos derechazos templados y largos, unos naturales ligeros pero verdaderos y unos desquites dignos de la nobleza inglesa.  Mató de un estocadón; un poco caído pero certero. Del segundo toro de Urdiola ni hablemos. Esto  es una fiesta y no la opacaremos con el rajado que tuvo en suerte con el sexto de la tarde.

Miguel Abellán llegaba con el peso de ser la figura de esta corrida. Lamentablemente tuvo la mala fortuna de quedarse con los dos más malos del lote.  Solo hablaremos del primero (tercero de la tarde), porque el rajado que le correspondió como segundo para torear, a pesar de la terquedad torera, no tenía nada y pitado se fue al destajadero.  A ese primer toro el único que le vio algo para torear fue el matador, todos los demás pensábamos que ese toro tenía que ser despachado rapidito.  Y con ese ojo torero, Abellán nos regaló una faena valientísima, pegado a los pitones como si quisiera morir, pero lo que él quería era triunfar.  Fue una cátedra de valentía, de cómo parársele a un toro y salir vivo.  Con otra gran estocada mató al toro.  Abellán mereció una oreja, pero la presidencia (equivocada a mi parecer) se la negó.  La vuelta al ruedo solicitada por el público y dada por el torero fue justísima, pero más justo hubiera sido un apéndice.

Creo que Sebastián Vargas tiene mucha suerte. Los toros que le han salido en sus últimas presentaciones han sido unos “torazos” y esos toros lo hacen ver como un buen torero. Yo creo que es un excelente banderillero.  Si el segundo de la tarde (primero de Vargas) lo hubiera toreado un buen torero, lo indulta. Ese toro podría decirse que fue el mejor de la temporada, pero se fue muerto dándole la vuelta al ruedo.  Lástima, el ganadero debe estar lamentándose.
Fue una gran faena, unos lances de capote lucidos, serios y bonitos. Un remate de revolera que recordaremos durante un tiempo.  Unos pares de banderillas caídos pero que levantaron la plaza (¡Grande banderillero!).  En la muleta hay que destacar los derechazos templados con esos remates de pecho que sacaron muchos óles al respetable. Por la izquierda… Se le nota que casi no la usa.  La gente se dio cuenta que había mucho toro y poco torero y empezaron  a pedir el indulto, pero Vargas se envalentonó y sin dudar lo mató de una estocada, sucia, pero certera. De nuevo lástima.  Con ese toro se fue por la puerta grande.

La corrida de los ochenta años nos dejó una buena presentación de la ganadería de turno, una presentación aceptable de los de a pie y la felicidad y el deseo de seguir teniendo este coso taurino para el más bello de los artes: el de cúchares.