TEMPORADA 2012

miércoles, 18 de enero de 2012

TEMPORADA 2012: PRIMERA DE ABONO




HABÍA TOREROS, NO ASÍ TOROS

En la tarde del domingo 15 de enero se lidió un encierro de Las Ventas del Espíritu Santo para los matadores Julián López "El Juli", Sebastián Castella y Sebastián Vargas. Un encierro desigual pero bien presentado se vio en la arena de la Plaza de Toros La Santamaría.  Con respecto a este encierro debo decir que el Maestro Cesar Rincón como ganadero deja mucho que desear. Lástima que ya no lo veamos como torero.

Pero pasemos a los toros y lo presentado por Rincón en sus tres primeros toros es casi de olvidar. Sus patas delanteras se malograron en el ruedo, pero pudieron ser toreados.

Sebastián Vargas, quien es sin lugar a dudas el mejor banderillero que tiene el país, logró hacer una faena decente al primero de la tarde. Puso un tercio de banderillas emotivo. musical y limpio, 2 pares en el centro del ruedo y un par entablado a "la calafia" que hicieron del deleite del respetable; si no hubiera sido por su mala fortuna al momento de matar, hubiera recibido una merecida oreja. Saludó desde el tercio y la gente lo aplaudió justamente.

En el cuarto de la tarde, segundo de su suerte, recibió de rodillas 2 veces a su bicho y la gente se emocionó, yo personalmente creo que eso no se hace en La Santamaría, y menos con los toreros que completaban el cartel. Creo que a Sebastián a veces se le olvida que no está toreando en la provincia, sino en la plaza más importante del país y una de las más importantes de América.  Sin embargo, después de este "exabrupto" salió torero con unas verónicas limpias y un remate de media verónica que aun me hace poner de pie. Una faena seria en la muleta le hicieron ganar los honores, lástima el "pinchazo", pero de todas formas una oreja merecida.

Julián López "El Juli" estuvo serio en sus presentaciones. Debo decir que este no es un torero de mis afectos, pero este domingo acalló mis resquemores y se dejó ver como todo un maestro de su arte.  Del primero no hablemos. Se fue chiflado al destazadero y con silencio en los tendidos para el matador español.

De "Negrito" si hay que hablar. Hace muchos años no veía una faena tan torera, tan bien llevada y tan bien entendida en el coso bogotano.  Flojo de patas (como TODO el astado) "El Juli" entendió que a este se le toreaba a media altura, sin humillarlo tanto.  Estuvo peleador en la vara y, en las banderillas el "mataor" salía del tercio y mandaba a sus subalternos, quienes hacían caso humildemente.

Luego a la muleta y ahí estuvo quieto, que digo quieto, "quietísimo". Naturales profundos y precisos, derechazos templados y sobrios y remates y desplantes de academia.  Pero lo mejor de esta faena fueron los "molinetes": me puse de pie y casi que me dejo tentar para dejar de llamarlos "molinetes" y empezar a llamarlos "julianos". Esos pases justificaron mi entrada.  En la suerte de matar estuvo poderoso y certero, y el toro, que había encontrado su bravura, se dejó morir, casi que para rodaran lágrimas, en el centro del ruedo.  Dos orejas para el artista y vuelta al ruedo para el toro.

Del primero de Castella sólo diré que estuve de acuerdo con la presidencia en la NO devolución del toro. Ese toro no tenía defecto y se le podía sacar faena, tal y como hizo el diestro francés.  Ojalá lo hubieran castigado por esa estocada tan perversa que le puso al toro. Mejor no hablemos del primero y pasemos al segundo de la suerte, sexto y último del encierro.

Un toro grande y correlón que se citaba de lejos y respondía noblemente.  Una faena importante con el capote, bien llevado a la puya y luego unas banderillas serias, eran el augurio de una buena lidia.   En la muleta Castella, al igual que “El Juli”, entendió que era una faena a media altura y así fue construyéndolo, llevándolo al medio y también quietísimo torear a este, que a mí parecer, fue el mejor toro de la tarde.  Estatuarios y redondos cambiados, derechazos templados y naturales profundísimos enmarcaron esta faena.  Al momento de matar no desentonó con lo ejecutado previamente y de un certero “estocadón” despachó al bicho y le cortó las dos orejas. Creo que el toro merecía la vuelta al ruedo que fue pedida por el público y que a mi entender la presidencia malinterpretó como solicitud de rabo, de todas maneras el toro fue llevado en medio de los aplausos.

“El Juli” y Castella abrieron la puerta grande y dejaron ver que a pesar de enfrentarse a unos malos toros, son unos toreros artistas que logran hacer una obra maestra con muy pocas herramientas con que trabajar. Hubo toreros, ¡OLÉ!.




1 comentario:

  1. Tuve la oportunidad de presenciar el remate de la peña taurina La Guiralda, quizá el más serio de todos los que se realizan a nivel nacional, y en él, como tras cada corrida, habló el presidente de la plaza. Sobre el quinto toro coinciden sus opiniones, la vuelta al ruedo fue justa. Así mismo, como bien comentas, el primero de Castella según el reglamento se podía lidiar, no era para cambiarlo ni mucho menos para insultar a la presidencia. Ahora que el sexto de la tarde hubiera merecido la vuelta al ruedo por una fijeza excepcional y mucha nobleza, pero fue distraído varias veces y con brío se alejaba del ruedo para embestir el burladero, de forma que creo que por ello no se le concedió la vuelta al ruedo, puesto que por demás era un animal precioso. Un saludo de un joven aficionado.

    ResponderEliminar